Un puente al futuro: Soluciones urbanas para la lucha contra el cambio climático:

ONGC.cat, Número 59, Primavera 2015

De los puentes a las azoteas

Los puentes no se han hecho siempre igual. El puente de Besalú es un puente románico de forma angular de ocho arcos desiguales sobre pilares, muchos de ellos cimentados sobre la roca viva. El puente sobre el río Besós en Montornès del Vallès que se hizo en 1947 mantenía los arcos pero ya llevaba hormigón para permitir el uso del tráfico rodado. A día de hoy las directrices que regulan la construcción de puentes aunque pueden incluir elementos que vienen del románico como los arcos, también incorporan otros criterios de diseño como la sostenibilidad, la integración paisajística y el respeto por el entorno y otros materiales como acero inoxidable o plástico reforzado. Estos nuevos elementos hacen que el puente se adapte a las nuevas necesidades de la sociedad como el tráfico rodado, más peso o criterios medioambientales.

Del mismo modo que la construcción de puentes se ha adaptado a las necesidades actuales de la sociedad, la construcción de nuestros edificios también debe evolucionar para reducir los efectos negativos de la masificación, ser más sostenibles y ayudar a combatir el cambio climático.

Efectos negativos del crecimiento de Barcelona

Barcino fue un asentamiento romano del siglo I en torno a la actual Catedral. Muchos siglos después la Ciudad Condal llegó a tener 7.000 personas. En el siglo XIX Barcelona se extendió por todo el Eixample dando cabida a unas 550.000 personas. Hoy día somos más de 1.600.000 habitantes.

Esta expansión tiene consecuencias de las que me limitaré a identificar aquellas relacionadas con el medio ambiente. La consecuencia más directa de esta expansión es la pérdida de las áreas verdes. Hemos sustituido los prados y los bosques por edificios de hormigón. No quedan animales y la biodiversidad está limitada a roedores. Los pulmones de la ciudad están confinados en el Parque de La Ciudadela y otros parques de dimensiones más reducidas. Las emisiones de CO2 aumentan, los componentes contaminantes de la polución sólo hacen que crecer raíz de la cantidad del tráfico rodado. El hecho de ser todo una estructura de hormigón hace que retengamos el calor que nos llega del sol creando una isla de calor en el centro de Barcelona donde la temperatura es de 3 o 4º C superior a la del aeropuerto. Esto conlleva un aumento de la energía necesaria para enfriar las viviendas en verano. La gestión de los residuos y desechos es un dolor de cabeza para el Ayuntamiento. Otra consecuencia de la masificación ligada a la falta de drenaje es la gestión del agua pluvial. Las alcantarillas deben estar sobredimensionadas para aceptar el caudal de agua que pueda venir de las lluvias y tal y como pronostican, las lluvias serán menos frecuentes pero con episodios más fuertes.

Soluciones para adaptar y mitigar el cambio climático

Para adaptar los edificios a las nuevas necesidades proponemos renaturalizar Barcelona con muros verdes, cubiertas verdes, huertos urbanos y energías renovables. Eixverd apuesta por acercarse al parque de edificios residenciales y de rehabilitación y promueve el replanteo de las azoteas para aplicar soluciones activas que trabajen para nosotros contra el cambio climático y en favor del bienestar social.

Muchas ciudades del norte de Europa y del norte de los Estados Unidos ya integran soluciones urbanísticas para mitigar el cambio climático. El Ayuntamiento de Barcelona también se ha dado cuenta de que nos debemos replantear la manera en que vivimos en la ciudad mejorando el bienestar. El Pla del Verd i de la Biodiversitat quiere renaturalizar Barcelona con más áreas de disfrute y más áreas verdes a través del corredores verdes que conectan Collserola con el mar; de las cubiertas verdes y del plan de reurbanización de las súper-illes, agrupación de varias manzanas de edificios adyacentes donde se pacifica el tráfico y se repiensan las soluciones para vivir mejor. El Consorcio de Vivienda también esta promocionando aquellas rehabilitaciones de edificios que mejoran la eficiencia energética con ayudas del 50%.

Instalación de cubiertas verdes

Cubiertas verdes son azoteas, terrazas, cubiertas y patios de manzana que tienen una cantidad mayoritaria de plantas en un formato constructivo que favorece la evapotranspiración, es decir la absorción del agua por parte de las plantas con la consecuente transpiración de oxígeno. Aunque poner jardineras en azoteas tiene sus ventajas, la instalación de una cubierta vegetal con todos sus elementos constructivos hace que los beneficios se maximicen.

Siempre llega el momento en que la cubierta o azotea de cualquier edificio debe ser rehabilitada porque la capa impermeabilizadora ha perdido las propiedades y hay fugas de agua. Es este momento en el que vale la pena considerar hacer las cosas mejor, sabiendo que con las ayudas del 50% una cubierta vegetal costaría lo mismo que una tradicional pero la primera tiene muchísimos más beneficios. ¿Por qué hacerlo de la misma manera cuando se puede hacer de una manera más sostenible?

La instalación de una cubierta verde comienza con una impermeabilización preferentemente con una capa de PVC, EPDM o TPO, esta última más sostenible y sin plasticides. Después de la prueba de estanqueidad se instalan las siguientes capas: capa anti-raíces, manta retenedora de agua, capa drenante que será la que acumule agua, capa geotextil para filtrar agua, sustrato y material vegetal. Una vez estas capas están instaladas el sistema esta garantizado contra fugas de agua y preparado para sostener cualquier jardín imaginable.

Beneficios de cubiertas verdes

Los beneficios se pueden dividir en beneficios privados, es decir aquellos que llegan al que se instala una cubierta verde, y los beneficios sociales, aquellos que llegan al resto de habitantes de la ciudad.

Hablando de beneficios privados, el ahorro económico es el más atractivo pero no el único. El ahorro proviene del aislamiento térmico, de la apreciación de la finca, y del aumento de la vida útil de la cubierta. Con una cubierta verde, las plantas por medio de la evapotranspiración y del agua en la capa de drenaje provocan que la temperatura de la superficie de la azotea sea hasta 4oC inferior en pleno verano que una superficie acabada con tela asfáltica negra o cerámica catalana . Esto significa que la diferencia de temperatura en la cara interior de la vivienda puede ser de hasta 5oC menos con la consecuente disminución de uso del aire acondicionado. Además, con una cubierta verde la capa impermeablitzadora estará protegida por las capas intermedias, el sustrato y las plantas en vez de estar expuesta directamente a la dilatación y compresión debidos al calentamiento y enfriamiento. Las cubiertas con terminación vegetal permanecen durante 40 años sin fugas de agua. Finalmente, cualquier piso en una finca con cubierta verde, especialmente si se puede utilizar por los vecinos, se beneficiará de una apreciación inmobiliaria. A medio plazo, habrá además ahorros debidos a la rebaja del IBI y de la tasa de alcantarillado.

El aislamiento acústico que puede llegar a reducir hasta 10dB, es otro beneficio privado así como proveer la finca de un espacio lúdico y la posibilidad de tener un área de producción agrícola. Los jardines y zonas verdes son elementos clave para mantener una buena calidad de vida y para favorecer el bienestar de las personas.

Si os parece que la lista de beneficios privados es interesante, aún lo es más la lista de beneficios sociales, de los cuales se benefician todos los habitantes de la ciudad. Empezamos por absorción de CO2 y la absorción de partículas contaminantes de la atmósfera como NOx y PPM10. Un m2 de cubierta verde atrapa 130gr de estos componentes por año así como libera el oxígeno necesario para una persona en todo un año.

También se aumenta la biodiversidad urbana a través de la creación de corredores verdes que conectan Collserola con la línea de mar. Volver a ver mariposas, abejas y más pájaros debería ser un placer. En el fondo también se aumenta el número de m2 verdes por habitante que ahora en Barcelona es de 6,6m2 cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda entre 10 y 15 m2 por habitante.

Efectos que se irán notando a medida que el número de cubiertas verdes incremente son la mejora de la escorrentía de agua de lluvia y la disminución del efecto de isla de calor. Las cubiertas verdes acumulan agua de lluvia. En vez de que toda el agua de lluvia corra directamente por las tuberías y termine en las cloacas, con estos sistemas, un 50% se acumulará para nutrir las plantas y para crear el aislamiento térmico de los edificios y sólo el resto se descartará . A largo plazo esto hará que el sistema de alcantarillado no se tenga que sobredimensionar y dará a la ciudad un margen para adaptarse al cambio climático.

La isla de calor es el efecto producido por el hecho de que el centro de la ciudad hay unos 4oC más que a las afueras. La implementación masiva de cubiertas vegetales hará que una porción mayor de la luz del sol retorne a la atmósfera reduciendo el efecto invernadero y ligado con la eficiencia energética conseguida en los edificios con cubierta verde hará que todos los edificios reduzcan su factura de energía incluso aquellos que no tengan.

Soluciones complementarias

Hasta ahora hemos hablado de cubiertas verdes pero las otras soluciones que Eixverd promueve pueden complementar o sustituir las cubiertas verdes. Una cubierta ajardinada se puede complementar con una mesa de cultivo y placas solares. Los huertos municipales están ya llenos y hay lista de espera. Uno puede tener su huerto en su azotea.

O si no quieres nada vegetal puedes instalar placas solares. De entre las placas solares, las térmicas que calientan el agua sanitaria son las que nos mueven hacia una autosuficiencia energética con la actual legislación. Por el contrario, las placas fotovoltaicas que generan energía se pueden poner siempre y cuando evites traspasar el exceso de energía a la red, pero mientras no cambie la legislación no son tan recomendables como las térmicas ya que el excedente de energía no se puede usar a menos que se usen baterías.

Si todo esto parece muy complicado, también se puede hacer algo muy sencillo: pintar la azotea o la cubierta con pinturas reflectantes. No tendrá todos los beneficios expuestos aquí pero si que contribuirán a mejorar la eficiencia energética y como efecto secundario mejorar el efecto isla de calor. O si no con pintura fotocatalítica para convertir los materiales contaminantes como el NOx en materiales no tóxicos como nitratos. Esta pintura también aumenta la eficiencia de las placas solares, así, es una combinación idónea.

Todas las soluciones son válidas. Lo que no es sostenible es dejar desaprovechadas 1.700 hectáreas de cubiertas y azoteas en nuestra ciudad tan maravillosa. ¿Por qué dejar la azotea inerte cuando hay soluciones más sostenibles a tu alcance, que pueden trabajar para nosotros y por el medio ambiente?

Soluciones que no dejan de ser un puente más eficiente y bonito en el futuro.

http://issuu.com/ongc/docs/ongc_59_completa